Una de las asistentes al encuentro nos envió una emotiva carta en referencia a la labor de Asparbi.
«La exposición que hicieron sobre la actuación de la que íbamos a ser testigos, ya dejaba clara la valentía y el coraje del que iban a hacer gala simplemente por el hecho de estar allí, exponiéndose a ser observados abiertamente y sin ningún ápice de timidez. Pero lo realmente emocionante fue oírles cantar, coordinar la escenografía y demostrar que ante la adversidad hay que luchar y plantar cara. Que lo más fácil es el autocompadecimiento y la depresión, y lo valiente no dejarse vencer y seguir adelante con ahínco, dando mordiscos a la vida. Aquel grupo de personas no habían ido allí sólo porque al día siguiente era el día mundial del Parkinson, sino que estaban para dar una lección de dignidad, de valentía y conseguir hacer brotar sentimientos que la vida se encarga de ocultar en nuestro interior hasta casi desaparecer, como son el humanismo, la empatía y la emoción.Escucharles cantar la canción “Resistiré” fue entonar un himno de ánimo y apoyo para todas las personas que se enfrentan o se han enfrentado, en sus propias carnes o en las de sus familiares o amigos, a un infortunio. Queda expresar mi agradecimiento a la lección que se nos ofreció. Fue una clase magistral».
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