La disfagia orofaríngea
Las personas con enfermedad de Parkinson pueden llegar a presentar síntomas compatibles con la disfagia orofaríngea, lo que implica una dificultad de origen neuromotor para procesar los alimentos en la boca y deglutirlos, ya sean sólidos, líquidos y/o semisólidos. Por este motivo es importante estar atento/a a cualquier señal de problema, ya que sus consecuencias pueden ser muy variadas y las posibilidades de ponerle solución son bastante elevadas en función de la premura con que se diagnostique esta alteración. Inicialmente, las sensaciones referidas suelen ser de no manejar el bolo alimenticio como habitualmente se ha hecho, o de dolor al tragar. En cualquier caso, signos que deberían llamarnos la atención y ponernos en alerta son:- La pérdida de peso.
- El rechazo a determinados alimentos.
- El miedo a comer sin la supervisión de otra persona.
- Negativa a comer y/o beber.
- Padecer picos de fiebre non justificados.
- La pérdida de masa muscular…
- Sialorrea (exceso de saliva) junto con babeo.
- Incompetencia del cierre labial, con la boca semiabierta frecuentemente.
- Presencia de residuos de alimentos en la lengua o boca al terminar de comer.
- Regurgitación de alimentos hacia la nariz cuando se traga.
- Sensación de que el alimento se ha ”quedado pegado” en la garganta.
- Necesidad de tragar repetidas veces.
- Carraspeo frecuente durante la comida.
- Accesos de tos durante o después de las comidas.
- Atragantamiento con determinados tipos de alimentos.
- Voz “húmeda” durante y al terminar de comer.